Celebremos el regreso de la filosofía y de las ciencias sociales al amor y al cuerpo. Pero si además les añadimos la videncia, por ejemplo de la cámara, o de la escultura, o del cine, o de la pintura, su potencia traspasará la superficie; es decir, su etimología: lo que está sobre la faz, y aun la epidermis, o sea, lo que está sobre la piel, para llegar a las entrañas de los sujetos, allí donde ni la filosofía, ni las ciencias sociales, ni el psicoanálisis, ni los rayos equis han podido llegar: ese cuarto oscuro en el cual todos oscilamos entre el júbilo y la pesadumbre.